Capítulo 3: El Nivel Ministerial
SECCIÓN C: LOS ESTUDIOS DESCENTRALIZADOS
1. LA NECESIDAD DE ESTUDIOS DESCENTRALIZADOS
Muchos hermanos que por la gracia de Dios están frente de
una congregación no pueden ni soñar con asistir a un
Instituto Bíblico por las circunstancias en que se
encuentran. Necesitan y desean, sin embargo, mejorar su
preparación teológica. ¿Será que Dios ha deseado relegarlos
a un nivel inferior? ¿O será que en algunos casos los que
administran el Servicio de Educación Cristiana del país
necesitan ampliar su visión? El ayudar a cada obrero a
prepararse en las circunstancias en que se encuentra tiene,
por lo tanto, que tomar prominencia en el programa nacional
de educación cristiana.
Dios el Espíritu Santo, no va a dejar de llamar a personas
para dirigir una iglesia por la mera razón de que no puedan
asistir a ningún instituto o seminario. El avivamiento ha de
seguir adelante. Nuevas almas encontrarán el perdón en el
Señor y necesitarán quien las guíe. No se puede concebir que
Dios dijera que de aquí en adelante va a limitarse en la
selección de obreros a los que han podido graduarse de
alguna institución teológica. Llamará a los que él desea.
Pero ¿no esperará que la iglesia cumpla con su
responsabilidad de entrenarlos para desempeñar su misión?
Si la iglesia no suple esta necesidad urgente, cabe la
posibilidad de una catástrofe. El enemigo no va a respetar a
los que han alcanzado poca preparación teológica. Seguirá
sembrando confusión y error. Verá en tales dirigentes una
oportunidad para hacer grandes estragos. Las mejores medidas
en contra de tal posibilidad son preventivas: proporcionar a
cada obrero dondequiera que se encuentre, la posibilidad de
profundizar sus conocimientos bíblicos.
Cada persona relacionada con la educación cristiana deberá
preguntarse qué se podrá hacer para ayudar a cada obrero a
superarse en sus conocimientos bíblicos y teológicos. Los
obstáculos de la distancia y comunicaciones deficientes, de
la necesidad del obrero de seguir trabajando para sostener a
su familia, de la falta de profesores adiestrados, se pueden
vencer con la diligente aplicación de un plan adecuado.
2. EL SIGNIFICADO DEL TÉRMINO “ESTUDIOS DESCENTRALIZADOS”
Se les llama estudios descentralizados a los sistemas de
preparación para obreros que no pueden seguir el método
acostumbrado de estudiar en los salones de clase en un
plantel. Se alargan los brazos y los pies del instituto
bíblico, logrando así alcanzar a más obreros. No es un
exterminio de la forma clásica de estudios, sino la
provisión de otros métodos para ofrecer un programa más
amplio de preparación de obreros.
El instituto se extiende geográficamente si busca servir a
estudiantes que físicamente se hallan lejos del plantel. Se
extiende en el tiempo si provee un horario de clases en que
un mayor número de personas pueda estudiar. Se extiende
culturalmente si trata de satisfacer las necesidades, no
solamente de personas de un nivel social, sino de creyentes
de todos los niveles. La extensión cultural proporciona la
preparación teológica de aquellos que pertenecen a las
minorías étnicas de la región, lo mismo que lo hace para los
grupos mayoritarios.
3. LAS VENTAJAS DE LOS ESTUDIOS DESCENTRALIZADOS
Algunos tienen la tendencia de menospreciar el valor de los
estudios descentralizados. Llegarían, sin embargo, a ver
varias ventajas de este sistema de estudio si analizaran con
calma la ayuda que pueden ser para aquellos que pastorean
obras pero que no hallan la posibilidad de desprenderse de
sus responsabilidades para estudiar en un plantel en otra
ciudad.
Los institutos bíblicos que se limitan a ofrecer estudios en
su plantel no adiestran a suficientes personas para suplir
la necesidad de pastores y obreros en todo el país. Es más,
si analizamos las estadísticas de las instituciones
teológicas, vemos que no todos los egresados llegan a ser
dirigentes activos en la obra. Los estudios
descentralizados, pues, pueden complementar el ministerio de
un instituto y así ayudar a resolver el problema de la falta
de obreros preparados.
Una segunda ventaja es que con la extensión del instituto
bíblico, se puede alcanzar a personas de más madurez. Uno
que ya sabe lo que es la vida y que se ha ganado el respeto
de sus semejantes puede aportar una estabilidad y una
firmeza al ministerio que por lo general el joven sin
experiencia no posee. La obra que pone toda su esperanza y
sus esfuerzos en personas inmaduras crece, por lo general,
con lentitud.
Otra ventaja de estudiar por extensión, como algunos
denominan a los estudios descentralizados, es que el alumno
no sale de su propio medio ambiente. No tiene, por lo tanto,
el problema de encerrarse en un plantel en el cual se
mantiene un ambiente muy distinto a la vida diaria de los
“de afuera”. El que recibe preparación por extensión sigue
en contacto con las mismas personas que antes lo rodeaban.
Sus estudios no lo separan de su vida normal, colocándolo en
una situación un tanto artificial. Al graduarse, el
estudiante no tiene que luchar con el desánimo y frustración
para adaptarse de nuevo a la vida. A medida que adquiere
nuevos conocimientos, tiene amplia oportunidad de aplicarlos
a la práctica. Puede probar, también, todos los días su
llamado de Dios. No tiene que esperar hasta graduarse para
comenzar tal empresa.
En resumidas cuentas, nadie va a decir que las ventajas de
los estudios descentralizados cancelan las de estudiar en la
forma clásica, o sea, en un plantel. Pero son de peso las
ventajas que ofrecen los estudios por extensión, y por lo
tanto, merece que los ofrezcamos en el programa nacional
para la preparación de obreros.