Capítulo 7: La Historia del Servicio de
Educación Cristiana
1960 a 1968
A mediados del Siglo XX
pocas personas discutían la importancia de la preparación de
obreros para el ministerio. Se habían creado institutos
bíblicos en muchos lugares en la América Latina con el
propósito de ayudar en el adiestramiento de obreros. Pero
hubo quienes manifestaban una inquietud por la superación de
estas labores. Pedían orientación y ayudas para mejorar las
técnicas empleadas en los salones de clase. Se comenzaba a
notar una falta de coordinación de los esfuerzos entre una
institución y otra, entre un país y otro.
Melvin L. Hodges, Secretario para América Latina de la
División de Misiones Foráneas de las Asambleas de Dios de
Estados Unidos, sentía preocupación por las necesidades de
la educación cristiana. Con el fin de comenzar a hacer
frente al problema, nombró una Comisión de Estudio sobre
Institutos Bíblicos en América Latina, incluyendo a Rafael
D. Williams, Elsie Blattner, Verne Warner y Floyd Woodworth.
Todos contaban con años de experiencia en institutos
bíblicos en Nicaragua, El Salvador, Venezuela, la República
Dominicana y Cuba.
Durante seis semanas en 1960, la comisión, junto con
el hermano Hodges, trabajó en la elaboración de un plan que
fuera práctico y que sirviera a varias clases de
instituciones. El informe que redactó este grupo de
hermanos llegó a conocerse como el PLAN CEIBAL, siendo éstas
las siglas del nombre de la comisión (Comisión de Estudio
sobre Institutos Bíblicos en América Latina). En muchos
países el plan sirvió de guía para fortalecer el ministerio
de los institutos bíblicos.
Una parte del informe incluía la recomendación de que se
nombrara un coordinador de institutos bíblicos para América
Latina y Las Antillas con el fin de ayudar a poner en marcha
el plan que se había elaborado en los países que
manifestaran su deseo de valerse de los esfuerzos
realizados. La División de Misiones Foráneas nombró en 1961
a la señora Luisa Jeter de Walker como la primera
coordinadora.
No tardó la hermana Walker en organizar una serie de
seminarios internacionales para el personal de institutos
bíblicos. Diferentes conferencistas presentaron ayudas
valiosas sobre varios aspectos de la labor. Los seminaristas
celebraron sesiones de evaluación de los programas que se
llevaban a cabo en sus respectivos países, haciendo
sugerencias y recomendaciones para el adelante de la obra en
general. Como resultado de estos esfuerzos, se nombraron dos
comisiones regionales de institutos bíblicos con
la idea de que los miembros de ambas comisiones sirvieran en
una junta unida. Se le encargó a esta mesa directiva la
misión de promover y llevar a cabo planes para la educación
cristiana. Trabajaría con el coordinador bajo la presidencia
del Secretario de Misiones para América Latina y las
Antillas.
Pronto se vio la necesidad de hacer algunas revisiones y
arreglos al sugerido programa de estudio para institutos
bíblicos y se citó a los miembros del grupo de educación
cristiana a una sesión plenaria en la ciudad de San Salvador
en el año 1965. Ya se veía un aumento de interés en los
institutos bíblicos y un progreso en su funcionamiento.
Se expresó en la reunión de San Salvador la necesidad de
orientar no solamente a los que trabajaban en los institutos
bíblicos, sino de proporcionar ideas a los que ayudaban en
otros niveles. Otra demanda empezaba a hacerse sentir: la de
proveer estudios posgrados para los egresados de un
instituto bíblico. El nivel de preparación de los creyentes
en las congregaciones subía dramáticamente. A la vez, nuevas
fuerzas y filosofías empezaban a infiltrarse en el ambiente
evangélico. Antes, el liberalismo teológico en
Hispanoamérica había ganado pocos adeptos y ejercía una
influencia insignificante. En los institutos bíblicos no se
había hablado de tal corriente teológica. Pero de buenas a
primeras se comenzó a ver la necesidad de que los dirigentes
se familiarizaran con la nueva realidad del cuadro
teológico. Así fue que en San Salvador se decidió formar un
centro de estudios posgrados para pastores. De esta manera
se accedía a suplir otra petición oída en muchos países y se
hacía frente a otra necesidad.
El grupo de educación cristiana, compuesto por Melvin L.
Hodges, Luisa Jeter de Walker, Verne A. Warner, Lorenzo
Triplett, David Grams, Lorenzo Olson, René Arancibia,
Guillermo Fuentes, Jorge Davis y Norma McGee trabajó en
varias maneras para adelantar el ministerio de la educación
cristiana. Entre otros proyectos, realizó en colaboración
con muchas otras personas los siguientes:
1. El establecimiento de cuatro niveles del programa de
enseñanza, con un plan de estudios consecutivos desde la
orientación del recién convertido hasta cursos para los
maestros de institutos bíblicos. Preparó materiales de
enseñanza para cada nivel.
2. Preparó y lanzó el Curso Bíblico Elemental como estudios
en el primer nivel.
3. Trabajó en la coordinación de los cursos por
correspondencia para hacer disponible a todos, el curso para
obreros cristianos que se daba en los primeros ocho meses
del instituto bíblico.
4. Trazó planes para un Instituto de Superación Ministerial
para profesores de institutos bíblicos y dirigentes de la
obra. Esto sería a nivel postgraduado de estudios.
5. Hizo una adaptación especial del programa de estudios
para institutos bíblicos nocturnos. Decidió animar el
trabajo de institutos bíblicos nocturnos ya que no daban a
basto para forjar suficientes obreros ni servir a los que
tenían que seguir de día en sus trabajos para sostener a su
familia.
6. Celebró una serie de seminarios para profesores y
dirigentes.
7. Comenzó a editar EL INSTITUTO, un boletín eventual con el
propósito de proporcionar ideas y noticias a los institutos
bíblicos. Ahora sigue saliendo con el nombre CONOZCA.
8. Trabajó en una nueva revisión del sugerido programa de
estudios para institutos bíblicos.
Con el aumento del trabajo en el programa siempre creciente,
fue necesario aumentar el personal en la oficina
coordinadora y hacer una nueva distribución de las
responsabilidades. Verne A. Warner fue nombrado en 1968
Coordinador de Institutos Bíblicos y Director del
anteproyecto del Instituto de Superación Ministerial. Luisa
Jeter de Walker fue designada Redactora de Materiales
Educativos y Norma McGee recibió el nombramiento de
Secretaria Administrativa del Programa de Educación
Cristiana. Estas personas siguieron trabajando bajo la
dirección de Melvin L. Hodges en la elaboración de detalles
del programa. Colaboraron con el personal de unos 40
institutos bíblicos para mejorar su ministerio en la
forjadura de obreros.